Cuando desde la lejanía uno observa la preciosa silueta de Consuegra, y más aún, cuando se encuentra justo frente a uno de sus enormes gigantes, es inevitable que tu imaginación vuele hasta tiempos del Quijote y que se te vengan una y otra vez a la cabeza sus geniales reflexiones y enseñanzas inspiradas en mágicos lugares como este.
La libertad, Sancho, es uno de los más hermosos dones que a los hombres dieron los cielos.
Ubicado a escasos 40 minutos de Toledo, Consuegra es el perfecto ejemplo de pueblo típicamente manchego, con una historia milenaria que se remonta a tiempos de los romanos y mil cosas por ofrecer. Pero sin duda cuando paseas por su precioso centro histórico medieval, los ojos se van continuamente hasta lo alto del cerro Calderico donde se encuentran los principales atractivos del pueblo. Se trata de los doce majestuosos molinos de viento (el conjunto más importante y mejor conservado de toda Castilla la Mancha) y el no menos imponente Castillo de la Muela, formando todos ellos en su conjunto una imagen única.
En definitiva, hoy vamos a conocer un pueblo donde amantes de la literatura, la historia, o la gastronomía disfrutarán a partes iguales.
Datos prácticos
En nuestro caso visitamos Consuegra en coche. Aparcar en el centro es muy sencillo, ya que en la Avenida de Castilla la Mancha, justo junto a la Oficina de Turismo y a orillas del río Amarguillo, se encuentra un parking al aire libre gratuito.
Para subir al cerro a visitar los molinos y el castillo se puede hacer andando (unos 15 minutos desde el centro cuesta arriba), o bien subir en coche, ya que arriba se puede aparcar perfectamente junto a los molinos.
Para comer nosotros lo hicimos en el Restaurante Castilla. La comida no estaba mal (tampoco nada fuera de lo normal) y bien de precio, pero la atención lo echa todo a perder. En cuanto te ven turista te obligan a pedir un menú y no te dejan comer de raciones o tapas, que por otro lado las tienen anunciadas en enormes pizarras por todo el bar. La explicación que dan es que no les queda… ¿De nada? En fin, nada más que por esto no lo podemos recomendar.
Qué ver
La visita se puede dividir en dos partes, el centro del pueblo y el cerro Calderico, con lo que cada uno puede empezar por la que quiera. Nosotros decidimos empezar por esta segunda, con lo que subimos con nuestro coche hasta donde se encuentran los primeros molinos y aparcamos bajo las aspas del Bolero. Aquí se encuentra la oficina de turismo, con lo que es un lugar ideal para comenzar la visita, ya que se pueden comprar las entradas así como obtener un mapa y algo de información.
La más típica es la entrada conjunta que cuesta 7€ e incluye lo siguiente:
- Visita del molino Bolero.
- Visita guiada al molino Rucio
- Entrada al castillo.
- Entrada al Museo Arqueológico.
Esta entrada por lo visto solo está disponible los fines de semana y festivos, al menos en temporada baja. El resto de días cuesta 4,5 pero sin la visita guiada al Rucio. De todas formas, también se pueden comprar las diferentes entradas individualmente o incluso contratar visitas guiadas o teatralizadas. Toda la información está en la web oficial de turismo del Ayuntamiento.
https://www.consuegra.es/conoce-consuegra/monumentos/molinos-de-viento
Como hemos comentado anteriormente, en Consuegra se encuentra el conjunto de molinos de viento más grande y mejor conservado en la actualidad. Se trata de doce molinos (de los trece que había originalmente) originarios de entre los siglos XVI y XIX, algunos de los cuales conservan incluso la maquinaria original. Sin duda, esta imagen es una de las más bonitas y características que se pueden ver en toda la Mancha.
Todos los molinos tienen su propio nombre, y estos están basados como no podía ser de otra forma en el Quijote. Sus nombres son Mambrino, Bolero, Vista Alegre, Sancho, Mochilas, Alcancía, Cardeño, Chispas, Caballero del Verde Gabán, Rucio, Espartero y Clavileño.
Comenzamos nuestra visita por el Bolero. Este uno de los dos molinos cuyo interior se puede visitar para ver su mecanismo y aprender más acerca de su historia y funcionamiento mediante un vídeo que lo va explicando.
Vamos caminando viendo algunos de los primeros molinos. Uno de los más destacados es el Sancho que es uno de los pocos que se puede ver funcionar, pero eso sí, solo una vez al año coincidiendo con la fiesta de la Rosa del Azafrán, que se celebra el último fin de semana de Octubre.
Tras echar unas cuantas fotos llegamos hasta el castillo, que separa los doce molinos en dos grupos.
El Castillo de la Muela es originario del siglo X y fue construido por los musulmanes, época de la cual se conserva la torre albarrana. En los años sucesivos fue objeto de múltiples disputas pasando a ser controlado alternativamente por cristianos y musulmanes, hasta que en el siglo XII, tras la derrota definitiva de los musulmanes, pasó a manos de la Orden de San Juan de Jerusalén u Orden de Malta, los cuales realizaron importantes mejoras en su sistema defensivo. En el siglo XIX fue destruido en gran medida por las tropas de Napoleón, y tras la desamortización de Mendizábal y la expulsión de la Orden de Malta, pasó a manos privadas hasta que fue comprado por el Ayuntamiento en los años 60 del siglo pasado. También aquí se produjo en el siglo XI la batalla de Consuegra, donde el rey Alfonso VI fue derrotado por los almorávides y el hijo del Cid Campeador resultó muerto.
Se dice que es el castillo mejor conservado de toda Castilla la Mancha, y se pueden visitar la inmensa mayoría de sus estancias como la sala capitular (que contenía los archivos de la Orden de Malta), el aljibe, la mazmorra, el patio de armas, la ermita, las murallas, los jardines, etc.
Desde sus zonas más elevadas se tienen unas excelentes vistas de los molinos, el pueblo y todo el entorno.
Una vez visto el castillo continuamos hacia los molinos que se encuentran en la parte más alta del cerro. Aquí destacan sobre los demás dos molinos.
En primer lugar nos encontramos con el Caballero del verde Gabán, que acoge lo que se conoce como un gastromolino. Básicamente en la parte baja hay una tienda gourmet de productos locales y en la parte alta un pequeño restaurante que por lo visto tiene bastante éxito y hay que reservar con muchísima antelación.
Finalmente llegamos hasta el que para nosotros es el molino más interesante del conjunto, el Rucio. Lo mejor es que es el único molino de toda Castilla la Mancha que aun hoy en día funciona prácticamente a diario. Entrarás junto con el molinero y él mismo te explica su funcionamiento, como se muele el trigo, como funciona la piedra, el freno y un montón de curiosidades. Todo ello con demostración en vivo y en directo. La visita es muy recomendable.
Aunque Consuegra es conocida principalmente por sus molinos los cuales atraen a la mayoría de los turistas, su centro histórico de aire medieval es también muy bonito y bien merece un paseo. Por tanto, una vez terminada nuestra visita a los molinos y el castillo cogemos nuestro coche y nos bajamos hasta el parking del pueblo dispuestos a descubrirlo.
La Plaza de España es el corazón del pueblo desde tiempos de los romanos, cuando aquí se ubicaba el foro. Hoy en día es la más pintoresca, ya que aquí se pueden ver muchos de los edificios más interesantes, en los que además ese puede apreciar una curiosa mezcla de estilos.
El Ayuntamiento de estilo renacentista data del siglo XVII, y junto a el se puede ver un arco y la Torre del Reloj.
Justo enfrente podemos ver el edificio de Los Corredores, también del siglo XVII, y en el que destaca su precioso balcón de madera tan típico de la arquitectura manchega. Este edificio ha tenido diversos usos a lo largo de su historia, incluido el de ayuntamiento, y en la actualidad acoge el Museo Arqueológico, donde se puede profundizar mucho más sobre la historia de la ciudad desde el neolítico hasta la actualidad. Es un museo bastante pequeño y salvo que te interese mucho el tema se puede pasar de largo.
El Colegio de San Gumersindo es otro de los edificios más bonitos de la plaza, construido a principios del siglo XX imitando el estilo mudéjar.
De la plaza sale una de las calles más bonitas, San Juan Bautista de la Salle, que era la calle principal o Decumanus en la época romana.
Subiendo un poco llegamos hasta la Casa de la Tercia, un antiguo palacio construido sobre lo que eran las antiguas termas romanas y que actualmente se ha convertido en un restaurante.
Y un poco más arriba está la ermita del Santísimo Cristo de Veracruz (siglo XVIII). Destaca por su preciosa fachada de mármol blanco y su enorme cúpula, así como por la mezcla de estilos barroco y neoclásico tanto en la fachada como en su interior.
Finalizamos nuestro paseo con la Iglesia de Santa María la Mayor (siglo XVIII), uno de los mejores ejemplos del estilo mudéjar castellano.
Si tienes tiempo, en las afueras de Consuegra se pueden ver los restos de una presa romana del siglo I, la más grande de esta época que se conserva en la actualidad con unos 800 metros de longitud, así como la única con contrafuertes. La presa fue construida para abastecer con agua del río los cultivos de la zona y a la propia ciudad a través de un acueducto.
