El Rijksmuseum es sin lugar a dudas el museo más importante de Holanda y uno de los más interesantes de todo el mundo, sobre todo gracias a su colección sobre el fantástico Siglo de Oro holandés, la mejor que se puede visitar. Esta claro que para recorrerlo en profundidad se necesita al menos un día completo, con lo que si eres amante del arte y dispones del tiempo suficiente en Amsterdam es más que recomendable hacerlo así. Sin embargo, si vas algo más justo de tiempo te vamos a recomendar nuestras obras favoritas, las que en nuestra opinión debes ver sí o sí, de tal forma que puedas visitarlo en unas dos o tres horas. Esperamos que os guste.
Shiva Nataraja (Planta baja, pabellón asiático)
Una obra anónima del siglo XII procedente de la India que representa al dios Shiva como el rey de la danza. Es lo más destacado del pequeño pabellón asiático.
Las obras de Sint Jans (Planta baja, sala 0.1)
Geertgen Sint Jans es el principal pintor holandés de la época prerrenacentista (finales del siglo XV), y aquí se pueden ver varias de sus principales obras, entre las que destacan La Adoración de los Magos y el Santo Parentesco.
Colección de maquetas de barco (Planta baja, sala 0.13)
Sobre todo si vais con niños les encantará esta bonita colección de maquetas de barcos de todo tipo, especialmente de la época de esplendor de la navegación holandesa (siglo XVII).
La sala de recepciones de Haarlem (Planta 1, sala 1.7)
Es una preciosa sala de estilo clásico creada a finales del siglo XVIII por Abraham Van der Hart para el rico coleccionista de arte Willem Philips Kops. Esta sala fue trasladada íntegramente desde Haarlem hasta el Rijksmuseum.
Autorretrato de Van Gogh (Planta 1, sala 1.18)
De entre sus decenas de autorretratos, éste que se puede ver en el Rijks es uno de los más conocidos. Fue pintado en París en 1887.
El Puente del Singel en la Paleisstraat de Amsterdam de Breitner (Planta 1, sala 1.18)
George Hendrik Breitner es uno de los más destacados pintores impresionistas holandeses y muy conocido por ser uno de los primeros en usar la fotografía para realizar sus obras. También se caracterizó por dedicarse a pintar básicamente lugares de la ciudad de Amsterdam de aquella época (finales del XIX y principios del XX). En el Rijks se pueden ver varias de sus obras y esta es quizás la más destacada.
En el mes de Julio de Paul Gabriel (Planta 1, sala 1.18)
Otro importante pintor holandés del siglo XIX cuya obra se centró más bien en los paisajes holandeses de la época. En su principal obra se puede ver una de las más típicas estampas holandesas, un molino de viento junto a un canal. En su estilo destaca el colorido que usa frente a los tonos más grisáceos de otros pintores de su generación.
Retrato de Don Ramón Satue de Goya (Planta 1, sala 1.13)
Llama la atención poder admirar en este museo una obra de Goya, que además últimamente ha sido noticia por haberse descubierto que está pintada sobre una imagen inacabada de un general napoleónico.
La batalla de Waterloo de Pieneman (Planta 1, sala 1.12)
Esta impresionante obra de 1824 es la más grande del Rijks y representa el momento en el que el ejército francés fue derrotado en Waterloo por británicos, holandeses y prusianos en 1815 poniendo así fin al imperio napoleónico. Este fue un importantísimo hito en la historia de los Países Bajos, por lo que el cuadro tiene un gran valor simbólico para ellos.
Biblioteca de Cuypers (Plantas 1 y 2)
Es considerada la biblioteca de arte más grande y antigua de Holanda, y debe su nombre al arquitecto del museo, Pierre Cuypers. La sala es muy bonita y merece la pena echar un vistazo.
Colección de casas de muñecas (Planta 2, sala 2.20)
Una pequeña sala donde se pueden ver algunas curiosas y antiguas casitas de muñecas. Sobre todo si vais con niños es una parada recomendable.
El alegre bebedor de Hals (Planta 2, Galería de Honor)
Aunque no es tan conocido como Rembrandt o Vermeer, Hals es uno de los mejores pintores del Siglo de Oro, y esta es su obra principal. A nosotros nos encanta por la forma que tiene de captar el estado del protagonista, es genial.
La familia alegre de Steen (Planta 2, Galería de Honor)
Jan Steen es otro de los grandes maestros del Siglo de Oro, conocido por representar escenas de la vida cotidiana sobre todo en momentos de diversión y relajación. En esta obra se puede ver una divertida y ruidosa reunión familiar, posiblemente inspirado en su propia familia, y lo que más llama la atención es que dentro del desorden y el bullicio de la pintura se pueden intuir diferentes mensajes acerca del comportamiento de sus protagonistas. Tiene muchos detalles y merece la pena contemplarla un ratito.
La lechera de Vermeer (Planta 2, Galería de Honor)
Esta pequeña pintura de 1658 es una de las obras más conocidas e importantes del museo. Destaca por la increíble luz y por su sencillez, y aunque estamos lejísimos de ser expertos en arte, este cuadro sin duda tiene ese algo especial que muchas veces no sabes ni lo que es, pero que te hace mirarlo embobado un buen rato hasta casi poder tocar ese chorrito de leche.
En la misma sala se pueden ver otras destacadas obras de Vermeer como Mujer de azul leyendo una carta o La callejuela.
El síndico de los pañeros de Rembrandt (Planta 2, Galería de Honor)
Una de las obras maestras del más destacado pintor holandés de todos los tiempos. Este cuadro (como muchos de los suyos) fue realizado por encargo, con lo que ponía mucho esmero en los detalles y en captar la personalidad de los protagonistas. Es además uno de los mejores ejemplos de su gran especialidad, el retrato colectivo.
La novia judía de Rembrandt (Planta 2, Galería de Honor)
Lo que hace especial a este cuadro es el misterio que lo envuelve, así como la extraña posición de los protagonistas, con la mano del hombre sobre el pecho de la mujer. Su nombre viene de principios del siglo XIX, cuando se pensaba que representaba a un padre judío junto a su hija en el día de su boda, pero nadie sabe a ciencia cierta lo que verdaderamente representa.
La ronda de noche de Rembrandt (Planta 2, Galería de Honor)
Si sólo tuviéramos tiempo para ver un cuadro del Rijks, el elegido seguramente sería éste. Ubicado en el lugar más privilegiado de todo el museo, al final de la Galería de Honor, esta enorme pintura fue como tantas otras de Rembrandt realizada por encargo, en este caso de la Compañía de Arcabuceros de Amsterdam. La ronda de noche fue pintada en 1642 y lo que más llama la atención es el original tratamiento de la luz (que en aquella época causó bastante controversia y no gustó demasiado, de hecho a pesar de la oscuridad la escena no transcurre de noche) y la gran cantidad de detalles.
El joven Rembrandt (Planta 2, sala 2.8)
Se trata de uno de los más conocidos autorretratos del genio holandés, pintado cuando sólo tenía 22 años.
La Guardia Cívica de Amsterdam celebra la Paz de Munster de Van der Helst (Planta 2, sala 2.8)
Bartholomeus Van der Helst fue considerado uno de los mejores retratistas holandeses del siglo XVII y esta inmensa pintura es una de sus grandes obras maestras. Es impresionante el nivel de detalle con el que se representa a cada uno de los protagonistas. También es destacada La compañía del capitán Roelof Bicker y el teniente Jan Michielsz Blaeuw, que se puede ver junto a La ronda de noche.
Paisaje invernal con patinadores de Avercamp (Planta 2, sala 2.6)
Hendrik Avercamp fue otro de las decenas de geniales pintores que surgieron durante Siglo de Oro holandés, pero que destacaba por encima de los demás en cuanto a la representación de paisajes de invierno. Sus obras son muy diferentes a las del resto de sus contemporáneos, con mucha más luz y colores más vivos. Esta es una de sus primeras obras (1608), y se puede admirar en el Rijks.
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