Gracias en gran medida a su histórica Universidad, Salamanca es una ciudad muy animada, con un gran ambiente nocturno y muy conocida también por sus tapas y su fantástica gastronomía. Todo esto ya sería un motivo más que suficiente para hacer una escapada a Salamanca, pero es que además estamos ante una ciudad con enorme historia, con un precioso centro histórico plagado de edificios interesantes que fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1988.
Además está especialmente ligada a una de las épocas de mayor auge del arte y las letras españolas, el conocido como Siglo de Oro.
Hoy vamos a descubrir la que es sin duda una de las ciudades más bonitas e interesantes de España.
QUÉ VER:
Nosotros nos alojamos en un apartamento muy cerquita de Gran Vía, así que vamos a comenzar nuestra visita por el monumento más cercano, el Convento de San Esteban. Construido en el siglo XVI y de estilo plateresco, en este enorme edificio se alojó Cristóbal Colón antes de presentar su proyecto de viaje a las Indias ante los Reyes Católicos. Tiene un bonito claustro y también destacan el coro, el retablo mayor de la iglesia y la escalera de Soto. En este convento llevan viviendo monjes dominicos desde hace 800 años, los cuales fueron de gran ayuda para Colón en sus misiones en América incluso llegando a interceder por él ante los Reyes Católicos.
Está abierto de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 18:00 (cierra los domingos por la tarde) y la entrada cuesta 3,5€.
Justo enfrente se encuentra el Convento de las Dueñas, que dicen tiene un precioso patio renacentista. Nosotros no pudimos verlo ya que se encuentra cerrado los domingos.
Desde aquí nos vamos paseando hacia el centro de la ciudad, concretamente hacia una de las plazas principales, la Plaza de Anaya. Aquí podemos ver el Palacio de Anaya, un bonito edificio neoclásico del siglo XVIII y que actualmente alberga la facultad de Filología. Justo al lado se encuentra la Iglesia de San Sebastián.
Pero el edificio que sin duda domina la plaza es la enorme Catedral Nueva, que fue construida en los siglos XVI al XVIII en estilo principalmente gótico junto a la vieja Catedral románica del siglo XII, que se encuentra justo detrás y comunicada por dentro con la nueva. Como buenos turistas buscamos el astronauta que se encuentra esculpido en la Puerta de Ramos. Esta figura fue tallada en 1992 siguiendo una costumbre que viene desde el siglo XIX y que consiste en incorporar elementos contemporáneos en las distintas restauraciones para fecharlas. Realmente hay otras figuras curiosas esculpidas, como por ejemplo un demonio comiéndose un helado. Se puede ver a niños con cuadernos entreteniéndose buscando las diferentes esculturas que se pueden encontrar.
Turistadas aparte, hay muchos elementos a destacar en ambas catedrales, como por ejemplo el imponente campanario de la Catedral Nueva o la Torre del Gallo de la Vieja.
El interior de ambas catedrales también es muy bonito y hay muchas cosas interesantes en las que fijarse, como el órgano de Luis Damian del siglo XVI, un pequeño Cristo de las Batallas del siglo XI que se dice portaba el Cid Campeador en sus batallas (no lo pudimos ver porque buena parte del interior de la Catedral Vieja estaba en obras), el retablo mayor o la capilla de Santa Bárbara, donde era tradicional que los estudiantes fueran a pedir suerte en los exámenes. Además, en el claustro se encuentra la Puerta de los Carros, por donde salían los estudiantes que no aprobaban.
Las catedrales se encuentran abiertas de 10:00 a 18:00 (la entrada es por la Catedral Nueva) y la entrada cuesta 6€. Esta es la web oficial: https://catedralsalamanca.org/
Existe una visita que se llama Ieronimus, que básicamente consiste en subir a la parte más alta para observar el interior así como toda la ciudad desde arriba. Literalmente se camina sobre el techo de las catedrales gracias a una especie de andamios que han colocado ahí. El recorrido es espectacular y muy recomendable, pero de esto hablaremos un poco más adelante porque esta visita la dejamos para la noche.
Ahora cogemos la Rúa Mayor, una pintoresca calle peatonal llena de comercios y restaurantes que nos lleva hasta uno de los símbolos de Salamanca, la Casa de las Conchas.
Esta casa es realmente un palacio gótico del siglo XVI muy curioso porque su fachada está decorada con más de 300 conchas. La explicación del motivo no está clara y hay multitud de historias relacionadas con las conchas y su origen. Una de las más interesantes dice que los miembros de la Clerecía (edificio que se encuentra justo enfrente y que visitaremos a continuación) extendieron el rumor de que una de ellas podría esconder un tesoro o una moneda de oro con el objetivo de que la gente la destrozara, ya que su ubicación tapa bastante la visión de dicho edificio.
Aparte de la fachada, se puede entrar para visitar la biblioteca y sobre todo el precioso claustro, desde el que se tienen unas bonitas vistas de las torres de la Clerecía de fondo.
El edificio se encuentra abierto de lunes a viernes de 9:00 a 21:00, los sábados de 9:00 a 14:00 y de 16:00 a 19:00 y los domingos de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 19:00. La entrada es gratuita.
Justo enfrente tenemos la Clerecía, o Colegio Real de la Compañia de Jesus, un precioso edificio construido entre los siglos XVII y XVIII en lo más alto de la ciudad, por lo que desde casi cualquier sitio se pueden ver sus características torres.
Hay varias cosas que ver en la Clerecía. Por un lado está la iglesia donde destaca el bonito retablo barroco.
Por otro lado podemos ver la parte más interesante que es la del colegio, donde destaca el patio barroco, el aula magna, la escalera de honor y la colección de pinturas Vita Ignatii.
Finalizamos la visita subiendo a las torres, desde las que se tienen unas estupendas vistas de la ciudad. Durante la subida se va siguiendo una exposición llamada Scala Coeli.
El horario es de martes a viernes de 10:30 a 12:45 y de 16:00 a 17:30, los sábados de 10:30 a 13:30 y de 16:00 a 17:30 y los domingos y festivos de 10:30 a 13:30. La entrada cuesta 6€ incluyendo las torres o 3€ sin torres. A las torres se puede subir de lunes a domingo de 10:00 a 20:00.
Vamos ahora hacia el Patio de las Escuelas para hacer una de las visitas imprescindibles: la Universidad de Salamanca. Se trata de la Universidad más antigua de España y una de las más antiguas de Europa (1218) y sus aulas las han pisado personajes tan ilustres como Unamuno, Góngora, Hernán Cortes, Calderón de la Barca, Fray Luis de Leon, etc…
Hay que buscar la rana sobre una calavera en la preciosa puerta de la fachada principal de estilo plateresco, ya que se dice que da buena suerte en los exámenes a quien la encuentre. Aunque a nosotros ya no nos hace mucha falta ahí estuvimos echando un rato, porque la verdad es que no es nada fácil. De todas formas, si no la encuentras no te preocupes, ya que no faltan los típicos abuelillos que están encantados de ayudar a los turistas a localizarla y de paso explicar alguna que otra anécdota sobre su historia.
En el interior se visita el Edificio de Escuelas Mayores donde se pueden ver las aulas más antiguas e importantes de la Universidad, donde se conserva antiguo mobiliario, pinturas o tapices, el claustro o la biblioteca.
Se puede visitar de lunes a sábado de 10:00 a 19:00 y los domingos de 10:00 a 14:00. La entrada cuesta 10€.
En la propia plaza se puede ver una estatua de Fray Luis de León, y al final de la misma se accede al Patio de Escuelas Menores donde se puede ver el Cielo de Salamanca, una pintura del siglo XV que decoraba antiguamente el techo de la biblioteca de la Universidad y que fue posteriormente trasladada aquí. Es uno de los símbolos de la ciudad.
El horario es de lunes a sábado de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 19:00 y los domingos y festivos de 10:00 a 14:00. La entrada es gratuita y no se permite echar fotos, aunque alguna se escapó sin querer.
Caminando tranquilamente en dirección al río damos con la Plazuela Patio Chico, que se encuentra justo detrás de las catedrales. Es una placita muy tranquila y pintoresca desde la que se tiene la mejor vista de la Torre del Gallo de la Catedral Vieja.
Finalmente llegamos hasta el río Tormes. Esta es una zona preciosa para dar un paseo muy tranquila y verde, pero donde además hay algunas cosas interesantes que ver.
En primer lugar vemos el fantástico Puente romano originario del siglo I y junto a él tenemos el famoso verraco de salamanca, una escultura de piedra de la edad del hierro (unos 2500 años de antigüedad) que representa a un animal desconocido, posiblemente un toro, siendo la más famosa de las muchas que existen por la zona y cuyo origen no está muy claro. Este verraco se nombra en el Lazarillo de Tormes y muy cerca hay una estatua del propio Lazarillo.
Tras disfrutar un rato por los alrededores del río volvemos a subir hacia el centro. Pasamos por la Casa Lis, un bonito edificio de estilo art nouveau de finales del XIX construido sobre la muralla y que contiene un museo de art deco y art nouveau en el interior. No tenemos mucho tiempo ni nos llama mucho entrar, así que solo lo vemos por fuera.
Ahora vamos para el Huerto de Calixto y Melibea, un pequeño jardín donde Fernando de Rojas ubicó su obra “La Celestina” y donde además hay buenas vistas de la ciudad y sobre todo de las catedrales. Es pequeño y tranquilo, pero la verdad es que esperábamos algo más, así que nos damos una vuelta rápida y continuamos la ruta.
Abre a las 10:00 y hasta la puesta del sol y la entrada es gratuita.
Continuamos subiendo hasta la Cueva de Salamanca, la cripta de la antigua iglesia de San Cebrián que fue derribada en el siglo XVI y que actualmente ya no existe. La leyenda dice que en esta cueva el diablo daba clases de nigromancia. Uno de sus alumnos era el Marqués de Villena, y por ello a una torre que hay al lado se le llama Torre del Marqués de Villena. En esta zona está la parte más antigua de la muralla medieval que se conserva, conocida como Cerca Vieja. En la cueva hay proyecciones de luz viernes y sábados de 21:00 a 22.30.
De camino hacia la Plaza Mayor damos con el Palacio de Fonseca o Palacio de la Salina, un bonito palacio de estilo plateresco en cuyo patio se puede ver una bonita galería con arcos sostenidos por personajes atormentados. Son bastante curiosos.
Viernes y sábados abre de 10 a 21 y el resto de días de 10 a 20. La entrada es gratuita.
Y finalmente llegamos a otro de los símbolos de Salamanca, su Plaza Mayor, una de las más bonitas y reconocibles de España. Fue construida en 1755 en estilo barroco y destacan sus medallones decorativos dedicados a diferentes reyes y personajes históricos. Fue un regalo de Felipe V en agradecimiento a la ciudad por su apoyo en la Guerra de sucesión. Algunos edificios destacados son el Ayuntamiento y el café Novelty, pero está llena de otros restaurantes y cafeterías. Es una zona muy animada.
Finalmente volvemos a la Catedral para hacer el recorrido Ieronimus. Dani está cansado y Lucas se ha dormido, así que Vero se queda abajo y subo yo solo a dar una vuelta y echar unas cuantas fotos. Las vistas son muy chulas y la visita impresiona un poco, ya que algunas partes consisten literalmente en una especie de andamios sobre el propio techo de la Catedral. Sin duda merece mucho la pena.
El precio de la subida son 3,75€ y el horario es de 10:00 a 20:00.
Tras darnos una ducha y descansar unos minutos vamos a ir a cenar a la famosa Calle Van Dyck, y aprovecharemos para hacer un par de paradas por el camino. Primero vemos el Palacio de Monterrey, que es propiedad de la casa de Alba y uno de los principales edificios platerescos de Salamanca.
Un poco más adelante pasamos por la Casa de las muertes, con una bonita fachada plateresca y envuelta en un montón de leyendas relacionadas con asesinatos y extraños sucesos.
Y terminamos nuestra visita en la Iglesia de San Marcos, una bonita iglesia del siglo XI y estilo románico de planta redonda típica de la época.
Volviendo hacia el hotel por la Calle Toro, una de las principales calles comerciales de la ciudad, dimos con un monumento homenaje al probablemente salmantino contemporáneo más ilustre, el seleccionador de fútbol campeón del mundo Vicente del Bosque. Un lugar ideal junto a la Plaza Mayor para dar por finalizado un intenso y más que interesante día por la ciudad de Salamanca.
DÓNDE COMER:
Salamanca es una ciudad famosa por su gastronomía, donde se come muy bien y bastante barato. En el centro hay bastantes sitios donde comer en condiciones, pero hay que alejarse un poco de los sitios más turísticos como la Plaza Mayor o la Rúa Mayor.
Pero sin duda el mejor lugar para comer es la Calle Van Dyck, una de las calles de tapas más famosas de España donde hay un montón de bares donde comer bien y barato. Nosotros podemos recomendar el bar El Minutejo, especializado sobre todo en tostas bastante elaboradas y muy ricas, pero hay muchísimos más.
No olvidéis probar algunos de los platos típicos como el farinato, las patatas meneás, el hornazo y sobre todo el fantástico embutido.
