Wells es una preciosa ciudad ubicada en el suroeste de Inglaterra, entre la imponente Bath y la misteriosa Glastonbury, y muy cerquita de la entrada por el sur a los Cotswolds. Con apenas 10000 habitantes, es considerada la ciudad más pequeña de Inglaterra, honor que le viene por ser sede desde el siglo XIII del obispado de Bath y Wells.
Su nombre viene de tres pozos que antiguamente caracterizaban la ciudad y cuyas aguas incluso eran consideradas con propiedades curativas. Aun hoy en día el agua es protagonista de la ciudad y es habitual verla corriendo por los laterales de las calles, especialmente en High Street.
Pero sin duda lo que atrae a miles de turistas a esta ciudad es su espectacular Catedral gótica medieval, una de las más bonitas de Inglaterra y de toda Europa, que además es muy diferente a cualquier otra de las que hayamos visto antes.
Datos prácticos
Nosotros visitamos Wells en coche. Aparcar en el centro fuera del horario laboral o en festivos es bastante fácil y gratuito. Nosotros aparcamos de noche en la misma Market Place sin problemas. En horario laboral es diferente, ya que todo el centro de la ciudad es zona azul y es más complicado aparcar, además de que el tiempo máximo de estacionamiento en la mayoría de calles es de 2 horas. Por tanto, en este caso recomendamos dejar el coche en el parking al aire libre de la estación de autobuses, ubicado en Princes Road. Este parking es de tipo pay and display (pago por adelantado según el tiempo que estimes que vas a estar), es económico y andando al centro se tardan poco más de 5 minutos.
En cuando al alojamiento tenemos que decir que es bastante escaso y muy caro. Visto lo visto, nosotros decidimos alojarnos en Wookey Hole, un pequeño pueblo situado a 10 minutos en coche del centro de Wells. El hotel que elegimos se llama Wookey Hole Hotel, un gran hotel pensado para alojar familias con niños que se encuentra justo al lado de una popular atracción turística conocida como las Cuevas de Wookey Hole, una zona de cuevas donde han construido una especie de parque temático infantil con diferentes atracciones, espectáculos y actividades. Nosotros no lo visitamos pero para el que le interese aquí tiene toda la información:
El hotel está bien, con habitaciones muy amplias con todo lo necesario y bastante económico.
Para comer recomendamos un italiano situado justo en el centro, en Market Place. El restaurante se llama Ask Italian y se come bastante bien a un precio medio, más o menos el estándar en este tipo de restaurantes. El local es muy grande y está muy concurrido por gente local.
Qué ver
Si aparcáis el coche como hemos comentado en la estación de autobuses y camináis hacia el centro, en seguida daréis con High Street, la típica calle comercial con edificios bastante bonitos y antiguos y donde se puede observar un poco el día a día de la gente local.
La calle desemboca en Market Place, que es el corazón del centro histórico. Muchos de los edificios que vemos tienen más de 700 años de antigüedad. Esta zona es muy bonita y alrededor se encuentran los principales puntos de interés.
Paseando por la plaza nos llama la atención un peculiar monumento ubicado en el suelo dedicado a la atleta local Mary Bignall. Representa el salto de 6,76 metros que realizó en los Juegos Olímpicos de Tokio en el año 1964, que le valió para ganar la medalla de oro y establecer un nuevo récord del mundo. Es seguramente la ciudadana más ilustre de Wells y es evidente que se muy sienten orgullosos de ella y su logro.
A continuación nos dirigimos hacia la Catedral, que está comunicada con la plaza por un bonito arco con un pequeño pasadizo. Lo primero que nos encontramos es una enorme y verde pradera, y justo enfrente imponente la Catedral gótica del siglo XII. Lo primero que llama la atención y la hace diferente a cualquier otra es que su fachada es más alta que larga. Posiblemente sea la única Catedral del mundo con estas características.
Si nos fijamos un poco más veremos las más de 400 estatuas que decoran la fachada, que en su mayoría representan a reyes, nobles y otras personalidades de la época.
Es sin duda una de las catedrales más bonitas de Inglaterra y considerada la primera Catedral construida en estilo completamente gótico en toda Europa.
En su interior destaca uno de los relojes medievales más antiguos del mundo, donde cada quince minutos salen dos caballeros para batirse en duelo.
También son muy conocidos sus característicos arcos cruzados en forma de tijera, que fueron construidos en el siglo XIV para poder sostener la torre central. Son considerados una importantísima obra de arquitectura para la época.
Otros elementos destacados son sus vidrieras medievales (especialmente la conocida como Jesse Window, del siglo XIV), el claustro o la Sala Capitular.
La entrada es gratuita (admiten donaciones pero nosotros nos hicimos un poco los locos, para qué nos vamos a engañar) y el horario es de 7:00 a 19:00.
Nosotros visitamos la Catedral a primera hora de la mañana y pudimos ver como un montón de grupos de niños y niñas de diferentes colegios de la ciudad van entrando en ella, imaginamos que para comenzar el día realizando alguna misa. Tras un rato dentro de la Catedral todos desfilan de nuevo hacia sus respectivos colegios. Nos pareció curioso.
Muy cerquita de la catedral, junto a uno de los laterales, se encuentra Vicars Close, una preciosa callejuela empedrada que se dice es la calle más antigua habitada de forma continua en toda Europa, desde el siglo XIV.
Sin duda es uno de los rincones más bonitos, tranquilos y pintorescos de Wells, y para nosotros una de las calles más chulas que hemos visto nunca, muy fotogénica.
Tras echar mil fotos desde todos los ángulos y rincones nos volvemos hasta Market Place y desde aquí por una antigua puerta medieval accedemos hasta el Bishop Palace, la sede del obispado de Wells y Bath desde el siglo XIII.
Tiene aspecto de fortaleza, ya que se encuentra amurallada e incluso rodeada de un foso lleno de agua. Se pueden visitar sus salas, pero lo más destacado son sus jardines, desde los cuales se tienen estupendas vistas de la Catedral y donde se pueden ver los pozos que dan nombre a la ciudad. Nosotros no pudimos visitar ni el interior ni los jardines, ya que estaba cerrado porque estaban rodando algo, no sabemos si algún anuncio, serie o película.
Sí que pudimos ver toda la parte exterior que es muy bonita. El foso que rodea al palacio está habitado desde hace siglos por cisnes, los cuales antiguamente eran adiestrados para tocar unas campanas cada vez que querían comer. Estas campanitas aun hoy en día se conservan junto junto a varias de las ventanas de las torres de la muralla.
La entrada cuesta 9 libras y abre de 10:00 a 18:00.
Tras pasear un ratito por los alrededores del Bishop Palace damos media vuelta y emprendemos camino hacia la siguiente parada de nuestra ruta. Destino: Bath.