Ubicado a poco más de media hora de la ciudad de Salamanca, Ledesma es considerado uno de los pueblos más bonitos de la provincia y es sin duda una excelente excursión si estamos pasando unos días en la capital charra.
Se trata de un bonito pueblo medieval lleno de calles empedradas y antiguas casitas que además está encuadrado en un magnífico entorno natural, sobre una colina junto al río Tormes. Hay que pasear por sus tranquilas calles para relajarse y descubrir la gran cantidad de rincones pintorescos que nos ofrece.
Sus orígenes datan de épocas prerromanas, cuando fue habitada allá por el siglo IV aC por los vetones, un antiguo pueblo celta que se estableció por aquel entonces en la región. Es por tanto un pueblo con una gran historia en la que se pueden conocer un buen puñado de edificios más que interesantes con varios centenares de años de antigüedad.
El día ha amanecido frío, gris y con una leve lluvia, pero esto no hace sino dar más encanto a nuestro paseo por este precioso pueblo que estamos deseando conocer.
Qué ver:
En primer lugar, nosotros recomendamos aparcar en la zona del Castillo (avenida de Bernardo Olivera y alrededores), que está justo al lado del centro, pero evitando meternos en la parte donde las calles ya se estrechan mucho e incluso donde no se puede circular.
Vamos a comenzar nuestro paseo acercándonos al punto que está un pelín más alejado del centro, la iglesia románica de Santa Elena, la más antigua de Ledesma que se conserva en su estado original. Es bonita pero no pudimos entrar a ver su interior.
A continuación caminamos en dirección al río, hasta el Paseo General Mola. Aquí se pueden ver restos de la antigua muralla de origen romano (incluso con partes prerromanas), el antiguo Hospital de San José (1722) o la albóndiga de comienzos del XVII desde la cual se repartía grano a los pobres.
Pero sobre todo hay que asomarse al mirador y admirar las preciosas vistas del río Tormes y su entorno, así como del puente medieval, que data al menos del siglo XII.
Nos metemos por fin a callejear y llegamos a la Plaza Mayor . Esta plaza es el centro de Ledesma y la zona más bonita. Se pueden ver algunos de los edificios interesantes como el Palacio de Beltrán de la Cueva, la Casa de los Roderos o el Palacio de los Trasmiera, un bonito edificio del siglo XV que actualmente acoge el Ayuntamiento y que en su momento fue pensado como fortificación.
Pero el edificio más destacado sin duda es la Iglesia de Santa María la Mayor, gótica, de comienzos del XVI, aunque sus orígenes se remontan al siglo XII. No os perdáis su preciosa torre de planta cuadrada en cuya base se abrió un arco para permitir el acceso a la plaza desde la calle de los Curas.
Continuamos por la propia calle de los Curas, que es sin duda una de las más bonitas para pasear y fotografiar, repleta de antiquísimas casas y muy tranquila para pasear. Aquí nos encontramos con algunos abuelitos del pueblo que casi que se extrañan de ver turistas paseando por aquí y nos dan un poco de conversación.
Toda esta zona es muy bonita y hay un montón de rincones con encanto. Estuvimos un buen rato paseando sin rumbo y echando unas cuantas fotos aprovechando que Lucas se había despertado de su siesta matutina.
Finalmente llegamos al Arco de San Nicolás (siglo XII), que es la única puerta de la antigua muralla que se ha conservado hasta hoy.
Vamos poco a poco deshaciendo el camino hacia el Castillo. Pasamos antes por la Iglesia de San Miguel, donde se encuentra la oficina de turismo y un centro de interpretación. Esta iglesia es también originaria del siglo XII pero ha sido muy remodelada posteriormente, principalmente en el siglo XVIII.
Llegamos prácticamente a nuestro punto de partida, la Plaza de la Fortaleza. Bajo esta plaza hemos leído que hay importantes galerías subterráneas, pero que sepamos no se pueden visitar. También se puede ver un verraco de granito con una antigüedad de unos 2500 años.
En la plaza también está la entrada al Castillo de Ledesma, una fortaleza del siglo XII. Aquí nos quedamos de piedra cuando en lugar de una persona gestionando la entrada nos lo encontramos cerrado a cal y canto y un letrero indicando que para visitarlo se pida la llave en el bar de la plaza. No teníamos pensado visitarlo, pero unas risas nos echamos. Rodeamos el Castillo buscando un buen lugar para echar unas fotos y nos despedimos de Ledesma, un pueblo que nos ha encantado.
Para más información, os dejamos el enlace a la web de turismo: http://www.turismoledesma.com/
