En este post vamos a hablar de Helsinki, la capital de Finlandia, una ciudad interesantísima que suele estar fuera del interés de la mayoría de los turistas y que nosotros quisimos conocer aprovechando que teníamos que hacer escala en nuestro vuelo desde España hacia la Laponia finlandesa.
La ciudad de Helsinki fue fundada en el siglo XVI, cuando el actual territorio de Finlandia pertenecía al reino de Suecia. La intención era convertir a este
pequeño pueblo costero en un importante punto para el comercio dentro del Mar Báltico, pero durante más de dos siglos pasó sin pena ni gloria.
Sin embargo, su historia cambió entre los años 1808 y 1809 cuando Rusia derrotó a Suecia en la Guerra Finlandesa, pasando Finlandia de formar parte de Suecia a ser una especie de estado o Gran Ducado anexionado a Rusia. Fue entonces cuando para acabar con todos los rastros del pasado sueco, los rusos decidieron mover la mayoría de instituciones importantes como el Senado o la Universidad de Turku a Helsinki, comenzando a adquirir una enorme importancia.
Finalmente en 1918, tras la Guerra Civil Finlandesa, el estado de Finlandia se declaró totalmente independiente tal y como lo conocemos hoy día. Desde entonces Finlandia y su capital Helsinki no han parado de crecer de forma vertiginosa hasta convertirse en una de las ciudades más avanzadas de Europa en todos los sentidos.
Cuando paseas por Helsinki te das cuenta de que es una ciudad bastante moderna, ya que fue en la época de dominación rusa cuando fueron construidos las principales plazas, avenidas, parques y edificios históricos, muchos de ellos de estilo neoclásico y algunos con un marcado aire comunista. Es bastante complicado encontrar en Helsinki algún vestigio de épocas anteriores a esta.
Actualmente se caracteriza por ser una ciudad tranquila y vanguardista, socialmente muy avanzada, con un modélico sistema educativo y con una gran oferta cultural. Pero si por algo son conocidos los finlandeses es por ser grandes amantes del diseño y la arquitectura, algo que está plasmado en cada rincón de sus calles. Mires donde mires verás modernos y llamativos edificios, esculturas y todo tipo de construcciones curiosas y rompedoras. De hecho, Helsinki fue nombrada capital mundial del diseño en el año 2012.
Datos prácticos
La capital finlandesa está bien comunicada con España gracias a varias conexiones diarias con Málaga, Alicante o Madrid. Nosotros por precio y cercanía a nuestro domicilio elegimos unos vuelos de Finnair desde el aeropuerto de Málaga.
Para desplazarse desde el aeropuerto Helsinki-Vantaa hasta el centro de la ciudad la opción más cómoda y barata es el tren. La estación está perfectamente señalizada dentro del aeropuerto y una vez allí se puede comprar el billete en unas máquinas situadas en los andenes. El precio es de 4,6€ por adulto. Los niños viajan gratis y también viaja gratis un adulto por bebé. Esto nos lo explicaron unos trabajadores de la compañía de trenes que esperaban en el andén, así que viajamos los cuatro por 4,6€.
El tren es muy nuevo, limpio y moderno, y cubre el trayecto entre el aeropuerto y la Estación Central de Helsinki en unos 30 minutos.
Para volver desde la estación al aeropuerto hay que tener en cuenta que las líneas que hacen el trayecto son la I y la P.
Una vez en la estación fuimos caminando a nuestro alojamiento, el Hotel Finn, ubicado a escasos 5 minutos de la estación. Se trata de un hotel totalmente recomendable ubicado en pleno centro de la ciudad, con todo totalmente a mano. Se encuentra ubicado en un edificio antiguo y no dispone de recepción 24 horas, pero a cambio las habitaciones son amplias, limpias y disponen de todo lo necesario. Además tienen un servicio de taquillas gratuito donde puedes dejar tu equipaje si llegas antes de tiempo y ofrecen un servicio de bebidas calientes gratuito de cortesía disponible las 24 horas del día.
Para moverse por la ciudad existe un billete de transporte público con el que se pueden tomar en 24 horas todos los transportes que se quieran en la zona AB (la más céntrica). El precio del billete es de 8€, pero nosotros no lo cogimos ya que nos encanta patear las ciudades. Además Helsinki es una ciudad que se puede recorrer perfectamente caminando. El billete simple si no me equivoco costaba 2,8€.
Si vais a estar varios días en Helsinki quizás os interese echar un vistazo a la Helsinki Card. Nosotros lo miramos pero lo descartamos, ya que al estar un día tampoco queríamos invertir demasiado tiempo visitando museos, así que no nos salía rentable.
Hay que decir que Helsinki (al igual que toda Finlandia) es muy caro, y comer no es una excepción. Si vais a estar solo uno o dos días en la ciudad nuestra recomendación es que comáis en los mercados. En la Plaza del Mercado ponen todos los días puestos para comer al aire libre si el tiempo acompaña, mientras que en el Mercado Viejo existen una gran cantidad de puestos en los que se pueden probar muchos de los productos más típicos de Finlandia a precios razonables.
En el Mercado Viejo recomendamos especialmente un puesto de sopas en el que se toma la que dicen que es la mejor sopa de salmón de todo Helsinki. El lugar se llama Soppakeitto y es absolutamente deliciosa.
Qué ver
Vaya por delante que tras haber visitado la ciudad pensamos que el tiempo ideal para verla en condiciones es un par de días. Nosotros sólo teníamos uno y nos dedicamos a hacer una panorámica de la ciudad sin entretenernos demasiado. Nos quedamos con las ganas de haber entrado en alguno de sus museos que tenían bastante buena pinta, y sobre todo de haber echo una excursión a la magnífica isla de Suomelinna. Pero bueno, deberá ser en otra ocasión. Como se suele decir, siempre hay que dejarse algo para que haya excusa para volver.
Como comentamos anteriormente, es muy probable que vuestra toma de contacto con el centro de la ciudad sea mediante la Estación Central, la cual está considerada una de las estaciones de tren más bonitas del mundo. Fue construida a comienzos del siglo XX en estilo art nouveau,y desde entonces es todo un símbolo de la ciudad.
Lo que más llama la atención son las imponentes esculturas que guardan la entrada. Se trata de unos colosos sujetando entre sus manos una especie de esferas que se iluminan por la noche, haciendo el sitio aún más espectacular.
También destaca la torre del reloj, que a nosotros nos recuerda a los típicos edificios de la época comunista que pudimos ver por ejemplo en Varsovia. Hay quien dice que por el estilo parece la estación de Gotham City, y la verdad es que no les falta razón.
En la plaza que hay tras la estación se pueden ver otros bonitos edificios como el Teatro Nacional o el Museo Ateneum.
Tras esto salimos hacia la Calle Mannerheimintie, una enorme avenida que atraviesa la ciudad por completo de norte a sur. La parte más al sur está repleta de comercios y restaurantes, mientras que si nos alejamos del centro hacia el norte nos encontramos con un buen número de interesantes edificios.
Caminando en esta dirección lo primero que nos encontramos es con la Plaza Lasipalatsinaukio. En esta plaza se puede admirar un buen ejemplo del espectacular diseño y arquitectura moderna que inunda las calles de Helsinki. Podemos ver unas estructuras que parecen ojos que emergen del suelo, como si debajo hubiera alguna enorme criatura enterrada observándonos. Y en cierta forma es algo así, porque no son sino los tragaluces de un museo de arte moderno subterráneo, el Amos Rex, que se construyó en el año 2018. También se puede ver una pintoresca chimenea
con un reloj que se conservan del antiguo edificio que ocupaba la plaza.
A continuación se pueden ver otros edificios como el Museo Kiasma, que es el museo de arte contemporáneo de Helsinki y que estaba completamente en obras, el Parlamento de Helsinki, un edificio construido a comienzos del siglo XX en estilo clásico o el Museo Nacional, que es uno de los mejores ejemplos del estilo romántico nacionalista finlandés y donde se hace un recorrido por la historia de Finlandia. Como hemos comentado, no entramos en ninguno de los museos así que no podemos opinar.
Finalmente llegamos hasta orillas del lago Toolo donde es encuentra el Finlandia Hall, un edificio construido en 1961 por el más grande aqruitecto finlandés, Alvar Aalto. Básicamente fue diseñado como auditorio y también dispone de diferentes espacios para exposiciones y eventos. Es uno de los edificios más queridos por los ciudadanos de Helsinki.
Nos desviamos ahora un pelín de la calle Mannerheimintie y vamos dando un paseo por las zonas ajardinadas que rodean el lago. La verdad es que hacía algo de frío, pero era soportable. Ya se podía ver algo de nieve en las calles de la ciudad, pero sobre todo nos impresionó ver el lago congelado casi en su totalidad. Es todo muy bonito.
Tras pasear un rato tranquilamente, hacer un poco el tonto con la nieve y echar unas cuantas fotos, llegamos hasta el otro extremo del lago donde se encuentra el edificio de la Ópera, que en realidad es bastante sencillo y a nosotros no nos llamó mucho la atención.
Ya que estábamos aquí, decidimos continuar hasta el Estadio Olímpico. Se trata del estadio más grande de Finlandia y acogió los Juegos Olímpicos de 1952 así como dos mundiales de atletismo. Desde el punto de vista turístico, su principal atractivo
es una torre de 72 metros de altura a la que se puede subir para tener unas buenas vistas de la ciudad. Nosotros no pudimos subir ya que estaba todo en obras.
También se puede ver una escultura del más grande deportista finlandés de todos los tiempos, el atleta Paavo Nurmi.
Nos dirigimos ahora hacia el Mar Báltico hasta llegar al Parque Sibelius, donde por primera vez en todo el día comenzamos a ver autobuses de turistas. Este parque está dedicado al más importante compositor finlandés, Jean Sibelius, y es una de las zonas verdes más importantes de la ciudad. Sin embargo, lo que atrae a los turistas hasta aquí es la curiosa escultura dedicada al compositor que fue construida tras su muerte en 1957 por la artista Eila Hiltunen. La obra de arte es un poco controvertida, ya que está compuesta por un montón de tubos de acero que nadie sabe muy bien qué significan. Hay quien dice que representa los tubos de un órgano, cosa curiosa porque Sibelius nunca compuso ninguna obra para este instrumento. Finalmente, para zanjar la polémica, junto a la escultura principal se construyó un busto del compositor.
Bordeamos el parque por la orilla del mar y damos con su otro gran atractivo: el pintoresco Café Regatta, un bonito café ubicado en una preciosa casita del siglo XIX construida prácticamente sobre el agua. Su fachada roja, su techo a dos aguas,las flores que decoran su terraza y su curiosa decoración, junto con el Mar Báltico de fondo, forman una estampa única.
Volvemos callejeando hacia el centro y por el camino hacemos una parada en uno de los símbolos de la ciudad la Iglesia de la roca o Temppeliaukion kirkko. Aunque se trata de una iglesia moderna (1969), esta iglesia luterana es uno de los monumentos más visitados y curiosos de Helsinki. El motivo es que no es un edificio al uso, sino que se construyó excavando el interior de una enorme roca que se encuentra incrustada en mitad de la ciudad, rodeada completamente de edificios. De hecho sus paredes son la propia roca viva.
Llama la atención el precioso techo circular de cobre con un tragaluz en el centro que proporciona una tenue iluminación al interior. Por sus peculiares características el edificio tiene una acústica tan buena que es usado habitualmente para conciertos. Es una visita imprescindible.
Abre de 10:00 a 17:00 y el precio son 3 euros.
Volviendo hacia la zona del hotel nos pasó algo que no nos había sucedido nunca. El caso es que el mapa que llevábamos impreso era una porquería y no se veía muy allá, así que íbamos guiándonos con el gps del móvil. En una de estas que sacamos el móvil del bolsillo para continuar el paseo, el frío se fulmina la batería en segundos. Sacamos el otro móvil y al minuto lo mismo. Nos quedamos helados nunca mejor dicho, ¡en Almería no estamos acostumbrados a tener que llevar los móviles abrigados! Tuvimos que ir guiándonos hacia el centro con lo poco que se veía en el mapa y tirando un poco de intuición, pero vamos, que sin mayores problemas.
En unos minutos llegamos de nuevo a la zona de nuestro hotel, a cuyas espaldas se encuentra la Capilla Kamppi o del Silencio. Se trata de una capilla que fue construida totalmente en madera en el año 2012, con motivo de la elección de Helsinki como capital mundial del diseño. La capilla no pertenece a ninguna religión, sino que está pensada para acoger a cualquier persona que necesite un rato de reflexión, con lo que hay que estar completamente en silencio. La decoración interior es muy sencilla, casi inexistente.
El concepto en sí nos pareció muy curioso ya que nunca habíamos visto algo así, pero aparte de esto, poco más, se ve en 2 minutos.
Abre de 8:00 a 20:00 y la entrada es gratuita.
Nos dirigimos ahora en dirección hacia la zona más turística y conocida de la ciudad. Pasamos por el Parque Esplanadi, un parque de forma alargada, casi una mezcla entre parque y avenida, que comienza en la calle Mannerheimintie y desemboca en el puerto de Helsinki. Es el parque más importante del centro de la ciudad y un lugar muy agradable donde pasear o tomar algo lleno de jardines, fuentes y esculturas.
La fuente más llamativa del parque es la conocida como Havis Amanda, con la escultura en bronce de una mujer que emerge del mar sujetada por peces y leones marinos que fue construida en París en 1906 y trasladada aquí dos años más tarde. Pretende simbolizar el nacimiento de la ciudad de Helsinki. En esta zona se encuentran también muchas de las tan famosas tiendas de diseño finlandesas.
Finalmente llegamos a la Plaza del Mercado, de la cual se puede decir que es el corazón de Helsinki. Se trata de una bulliciosa plaza abierta al mar justo donde se encuentra el puerto, donde diariamente (cuando el tiempo lo permite) se ubica un mercado al aire libre con gran cantidad de puestos de comida, souvenirs, artesanía, etc… Es un lugar ideal para empaparse de la vida cotidiana de la ciudad y para probar las comidas más típicas a buen precio.
Aquí además se pueden ver los bonitos edificios del Palacio Presidencial y el Ayuntamiento.
Junto a la plaza se encuentra el Mercado viejo o Vanha Kauppahalli. Se encuentra en un bonito edificio de finales del XIX con una llamativa fachada roja y blanca, y actualmente acoge un mercado gastronómico muy interesante, de estilo más bien gourmet, donde también se pueden degustar un montón de cosas típicas. Está considerado uno de los mercados gastronómicos más importantes del mundo.
Abre de 8:00 a 18:00
Desde la plaza podemos ver la Catedral Ortodoxa de Uspenksi, que fue construida en el siglo XIX sobre una pequeña elevación muy cerquita del puerto. Su aspecto es el de las típicas catedrales rusas, con fachada roja con cúpulas verdes y doradas. Esta Catedral es uno de los recuerdos más visuales de la época en que la ciudad permanecía bajo el dominio soviético. El interior dicen que es precioso, pero estaba cerrada el día que nosotros fuimos, así que tuvimos que conformarnos con unas cuantas fotos del exterior. Es considerada la catedral ortodoxa más grande de Europa occidental.
Volvemos a el puerto y nos dirigimos a la espalda del Ayuntamiento, donde se encuentra el lugar más emblemático de la ciudad, la Plaza del Senado. La plaza es enorme, y el edificio más destacado sin duda es la gigantesca Catedral Luterana o Tuomiokirkko.
Se trata de una Catedral de estilo neoclásico construida en la primera mitad del siglo XIX por orden del zar Nicolás I. A parte de por sus dimensiones, es muy llamativa por su color blanco inmaculado y por su ubicación en lo alto de una gran escalinata dominando toda la plaza, lo que le da un aspecto aun más imponente. Como corresponde a la Iglesia Luterana, su interior es muy sencillo y no tiene mayor interés.
Aparte de la Catedral Luterana, la plaza acoge otros edificios interesantes. Por un lado tenemos el Palacio del Consejo de Estado, que fue construido en 1822 para albergar el Senado de Finlandia, cosa que hizo hasta 1907. También se puede ver el edificio principal de la Universidad de Helsinki, de 1832. En el centro de la plaza se puede ver una estatua del zar Alejandro II, que la mandó construir. En esta plaza es además donde se ubica el típico mercadillo navideño, pero nosotros tuvimos mala suerte porque justamente lo estaban montando, y ni pudimos disfrutarlo, ni pudimos echar fotos en condiciones.
Ya bastante cansados y con la noche echada encima volvemos caminando hacia el hotel por la Calle Aleksanterinkatu. Esta es una zona comercial muy animada, llena de tiendas y cafeterías, y además con algunas de las calles peatonales.
Al final de esta calle, y ubicados en un bonito edificio de 1930, se encuentran los almacenes Stockmann, los grandes almacenes más importantes del centro de Helsinki. No son más que una especie de Corte Inglés a la finlandesa, así que entramos a cotillear un poco (y a usar el baño, para qué nos vamos a engañar) y con las mismas nos salimos.
Con esto damos por terminada nuestra visita a Helsinki, una ciudad que nos ha sorprendido y que nos parece un lugar más que interesante para estar un par de días.
El día ha sido bastante duro, ya que la noche anterior la hemos pasado metidos en un avión y casi no hemos dormido nada, pero a pesar de todo lo hemos disfrutado muchísimo. Por tanto, temprano nos despedimos de la capital finlandesa y nos vamos a descansar, ya que la aventura lapona nos espera. Si quieres leer cómo nos fue, no dejes de leer el post: Nuestra ruta de 4 días por la Laponia finlandesa (y algunos consejos)
Un comentario en «Que ver en Helsinki en un día»