Conociendo a Papá Noel en Joulukka, su bosque secreto

Existen varias formas de conocer a Papá Noel en Laponia. La más conocida y popular es hacerlo en su lugar de residencia, Santa Claus Village, pero existen otras mucho más auténticas y especiales. Hoy vamos a hablar del que para nosotros es sin ninguna duda el sitio más mágico donde encontrarse con Santa: Joulukka, su bosque secreto.

Antes de entrar en materia vamos a comenzar con alguna información importante. En primer lugar, hay que saber que el lugar no se puede conocer por libre, sino que hay que hacerlo mediante una visita guiada. Las visitas hay que reservarlas con bastante antelación a través de su web oficial, ya que sólo hay una al día y las plazas son limitadas. Por poner un ejemplo, nosotros la reservamos en marzo de 2019, que es cuando salieron a la venta para la campaña de invierno de 2019/2020, y apenas a los 2 o 3 días de salir ya no había disponibilidad para la semana del puente de diciembre.

https://santaparkarcticworld.com/tour/dream-of-joulukka_8

El horario de la actividad es de 17:00 a 20:00, aunque creo que si formas un grupo de al menos 10 personas puedes concertar otra hora de forma privada. En cuanto al precio no es nada barato, 185€ los adultos y 145€ los niños, pero en nuestra opinión vale cada céntimo que pagas solo por ver la cara de los niños. Para nosotros es una visita obligada al 100% si estás en Laponia.

Todo comienza para nosotros la tarde del 4 de diciembre de 2019. Es nuestro segundo día en Laponia, y aunque ya hemos estado dando una vuelta por Santa Claus Village aún no hemos conocido a Papá Noel, ya que queremos que esta sea la primera vez. Cuando reservas la excursión te asignan un punto de encuentro lo más cercano posible a tu alojamiento, que en nuestro caso fue el Arctic City Hotel, en pleno centro de Rovaniemi y a sólo 5 minutos andando de nuestro apartamento.

Habíamos quedado a las 16:45, y con unos minutos de retraso por fin aparece nuestro minibús. Dani no tenía ni idea de donde iba, así que imaginad la cara cuando ve que del bus se baja un elfo que nos invita a subir. Somos los primeros en el minibús, así que aun hacemos un par de paradas más recogiendo gente y finalmente nos adentramos en el bosque camino a Joulukka.

Hay que decir que Joulukka se encuentra en mitad da la nada, a unos 20 kilómetros del centro de Rovaniemi y en un entorno espectacular. El trayecto dura una media hora y se nos pasa volando, ya que la elfo Nita nos va contando (en un más que aceptable castellano por cierto) muchas anéctotas sobre los elfos, sobre Santa y sobre el lugar que vamos a visitar. Nos cuenta que Papá Noel tiene 999 años, que ella es muy joven porque sólo tiene 100 años, nos habla de su mejor amigo el reno Carlos, de todos los años que tienen que estudiar en la escuela de elfos en mitad del bosque para que les crezca la nariz… Dani escucha todas las historias embobado.

También nos explican lo que quiere decir Joulukka. Básicamente viene de la palabra joulu (Navidad en finés), y significa Navidad en todas partes. Y es que en Joulukka, mires donde mires, todo recuerda a la Navidad.

Por fin el minibús se mete por un pequeño camino completamente nevado y se empieza a escuchar un gran revuelo en el minibús. Miramos por la ventana y vemos un montón de elfos que nos están esperando. Los elfos son muy graciosos y algunos de ellos chapurrean español. Son muy curiosos, y como están todo el día en el bosque le preguntan muchas cosas a los niños.

El bosque es muy oscuro y secreto, así que los elfos nos guían a través del mismo. En primer lugar llegamos a una cabaña que es donde se encuentra la escuela de los elfos. Es muy bonita, está muy conseguida.

Aquí los elfos nos explican lo que hacen día a día durante más de 100 años. Nos enseñan su lenguaje, como se saludan, como identifican a los animales del bosque por medio de sus huellas, cantan, bailan, etc… Es un rato mágico, los niños lo pasan de escándalo e interactúan mucho con ellos.

Finalmente llega la parte más divertida que es cuando nos dan una galleta de jengibre a cada uno y tenemos que decorarla. Nos quedaron preciosísimas y estaban riquísimas.

Para terminar nos dieron un diploma de haber asistido a la escuela de los elfos, así que ya nos queda menos para que nos empiece a crecer la nariz.

Tras pasar un muy buen rato continuamos avanzando por el bosque hasta llegar a una misteriosa cabaña medio enterrada en la nieve. Aquí nos piden que nos agrupemos por familia, ya que vamos a ir entrando de familia en familia, de forma individual.

Mientras esperamos nos entretenemos con unos trineos chulísimos que se manejan como si fuera un monopatín. También hay una kota donde te puedes sentar calentito a tomar un zumo de arándanos y hacerte tu propia nube al fuego.

Cuando llega nuestro turno por fin pasamos para adentro, donde nos recibe un elfo muy simpático- Descubrimos que el misterioso lugar es el centro de mando secreto de Papá Noel. Desde aquí se controla todo. Hay un radar para localizar a los renos de Papá Noel mientras van volando, la máquina desde donde escuchan si los niños se están portando bien, un sensor para medir la bondad de los niños que por supuesto Dani deja pequeño, etc…

Luego pasamos a una habitación donde Dani puede hacer entrega de la carta que llevaba escrita y un dibujo de regalo para Santa. La elfo los mete en una extraña máquina y nos promete que si realmente nos gusta la Navidad y cantamos con alegría un villancico, la carta seguro que llegará hasta Papá Noel.

Cantamos un villancico y de repente se abre una puerta oculta tras una estantería en la pared. Dani se asoma corriendo y nos mira… Es Papá Noel!.

Tiene la carta y el dibujo de Dani en la mano. Con todo lo torbellino que es Dani, para estas cosas es muy vergonzoso, pero aun así habla un poquito con Santa. Le explica de donde venimos y lo que quiere para Navidad. Unos Lego e ir a conocer a Mickey a París. ¿Se lo traerá?

Finalmente Papá Noel le da un regalito sorpresa a cada niño y nos despedimos de él hasta el día de Navidad.

Emocionados, volvemos al bosque a esperar a que el resto de familias conozcan a Santa. Dani está flipando, ha sido chulísimo.

Tras un ratito más volvemos al minibús que nos llevará de vuelta a Rovaniemi. De nuevo vamos acompañados de una elfo que nos va contando cosillas, pero tanto los niños como los mayores tenemos una mezcla entre excitación y cansancio que hace que sea más difícil captar nuestra atención. Yo voy callado mirando los bosques nevados por la ventanilla, pensando en la suerte de haber podido vivir un momento así en un lugar como este acompañado de mi familia.

Miro la cara de Dani y lo que se me viene a la cabeza es que en unos años tenemos que volver, cuando Lucas sea más grande y sea capaz de disfrutar de esta increíble experiencia y recordarla para siempre, tal y como seguro hará su hermano.

Si quieres conocer todo sobre nuestra ruta por la Laponia finlandesa, no dudes en leer el siguiente post: Nuestra ruta de 4 días por la Laponia finlandesa (y algunos consejos)