Si hay una palabra con la que describiría a esta pequeño territorio ubicado al sur de nuestro país, y que ha sido objeto de disputas entre España y Reino Unido desde hace ya más de tres siglos, es peculiar, muy peculiar. Ya antes de cruzar la frontera, en la Línea de la Concepción, te das cuenta de la gran cantidad de culturas que allí se mezclan. Pero lo mejor llega una vez pasas los controles de seguridad de ambos países. Es difícil de describir lo que te encuentras nada más entrar: cabinas telefónicas rojas al más puro estilo británico, coches circulando por la derecha como si no hubieras salido de España, guiris que hablan un perfecto andaluz, andaluces que hablan un inglés académico, y a todo esto sin darte cuenta te encuentras paseando por mitad de la pista del aeropuerto, el cual tienes que atravesar para llegar a la ciudad. Esto y mucho más es Gibraltar.
Como hemos comentado, para ir Gibraltar hay que llegar a la Línea, y una vez allí puedes pasar andando o en coche. Nosotros elegimos la primera opción para evitar las famosas colas que se montan para entrar en coche (que aquel día no eran para tanto la verdad). Justo enfrente de la frontera hay varios parkings y también se puede aparcar en la calle, aunque es zona azul. Como nosotros fuimos en domingo pudimos aparcar en la calle gratis y sin problemas.
Los controles de la frontera si entras a pie son muy rápidos, enseñas el DNI un par de veces y ya está. Una vez pasados puedes dirigirte al centro andando o en bus. El precio del bus es de 2,40 ida y vuelta o 2 euros el trayecto simple. Nosotros a la ida fuimos andando (unos 15 minutos) y la vuelta la hicimos en bus. Otro dato práctico es que en cualquier sitio se puede pagar en euros sin problemas, con lo que no hace falta cambiar.
La ciudad de Gibraltar no vale demasiado la pena por sí misma, lo realmente interesante es la visita al Peñón (The Rock como lo llaman allí) y sus famosos macacos. Aún así comenzamos la visita dando una vuelta por el centro.
Lo primero que nos encontramos es la LandPort, la que antiguamente era la única puerta de acceso a la ciudad amurallada desde tierra firme.
Desde la puerta se accede a un túnel que nos lleva a Casemates Square, una gran plaza con bastante vida y llena de cafeterías y restaurantes. Aquí se pueden contratar tours en los cuales te enseñan lo más interesante del Peñón y la ciudad desde unos 15€ por persona, lo cual no nos parece mala opción aunque en ese momento lo descartamos.
Desde allí sale Main Street, una calle peatonal que es la principal de Gibraltar y en la que hay un montón de comercios, especialmente de ropa, tabaco y bebidas alcohólicas.
En esta calle hay algunos edificios interesantes, como la Casa del Parlamento (1817), la Catedral de Santa María (construida en el siglo XV sobre la antigua mezquita de la ciudad, pero reconstruida casi en su totalidad a finales del siglo XVIII), la Catedral Anglicana de la Santísima Trinidad (del siglo XIX aunque construida en estilo árabe), la Capilla Real (un antiguo convento del siglo XVI donde están enterrados varios gobernadores de la ciudad) o The Convent (un antiguo convento que ha servido de residencia de todos los gobernadores británicos desde su conquista de Gibraltar a comienzos del XVIII).
Llegamos al final de Main Street, y muy cerca está la base del teleférico que nos llevará hasta lo más alto del Peñón. La entrada del teleférico cuesta 15,5€ ida y vuelta y el horario es de 9:30 a 17:15 de noviembre a marzo y hasta las 19:15 de abril a octubre. Además, en los meses de invierno el teleférico realiza una parada en un punto intermedio de la subida. Hay que tener en cuenta que en el Peñón hay algunas atracciones que requieren entrada, con lo que se pueden comprar individualmente en cada una de ellas o bien comprar un pase que incluye la entrada del teleférico y la de todas las atracciones por 25,5€.
Toda la info se encuentra en la web oficial: http://www.visitgibraltar.gi/es/ver-y-hacer/Ocio/teleferico-cable-car-23
La subida del teleférico es espectacular, las vistas son increíbles, y en unos pocos minutos estamos justo en la parte más alta del centro del Peñón.
En cuanto bajas del teleférico vienen a recibirte un buen grupo de los simpáticos monos, uno de los principales atractivos de la visita. Lo más curioso de estos monos es que son los únicos que viven en libertad en toda Europa. Nadie sabe muy bien como llegaron ahí, pero se supone que fueron traídos por los musulmanes. Otra cosa interesante es que los británicos tienen un gran cariño además de superstición con estos monos, ya que se dice que si alguna vez faltan de Gibraltar, los británicos también lo harán. Es tanta la superstición que en plena IIWW Winston Churchill, viendo que su población se estaba viendo diezmada, mandó repoblarla con monos procedentes de África.
Te recomiendan tener cuidado con los macacos, ya que aunque parezcan tranquilos y acostumbrados a la gente, en definitiva son animales salvajes. Hay que tener especial cuidado con la comida o cualquier cosa que puedas llevar en un bolso, mochila o bolsas de plástico, ya que a la mínima de cambio te la intentan quitar. Nosotros pudimos ver como a una chica un mono le robó una agenda del bolso en un descuido y en qué se vio de recuperarla jaja.
Hay varias rutas que se pueden realizar por el Peñón las cuales están marcadas con diferentes colores. Como el teleférico llega al centro, las rutas son más o menos circulares, y para visitar todos los puntos de interés no vale con hacer una sola, habría que hacer varias, con lo que nos llevaría bastantes horas. En definitiva, hay que elegir la ruta que se adapte al tiempo, a la condición y a los gustos de cada uno.
Hay que decir que un conjunto de cuevas del lado este del Peñón, entre las que destaca la cueva de Gorham, fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad en 2016, gracias sobre todo al descubrimiento en los últimos años de importantes restos que datan de la época de los neandertales. En esta zona se descubrieron los primeros restos neandertales en el siglo XIX y también se sabe que aquí habitaron los últimos hace más de 30000 años. Pero por encima de todo, lo que ha sido definitivo para que sea considerado Patrimonio de la Humanidad fue el descubrimiento de un impresionante grabado en la pared de la cueva de Gorham que data de aquella época y que tiene un sorprendente parecido al icono del hashtag de twitter. Hay senderos por los que se puede bajar hasta las proximidades de las cuevas, pero por lo visto la dificultad es importante y al fin y al cabo no se pueden visitar por dentro, con lo que a nosotros no nos mereció la pena. Para el que le interese la ruta que lleva a esta zona es la azul (mediterranean steps).
Sea cual sea el recorrido que hagamos veremos un montón de baterías militares defensivas principalmente del siglo XVIII, aunque también de los siglos XIX y XX. Hay que recordar que Gibraltar fue tomada por los británicos durante la Guerra de Sucesión española en 1704 y reconocida tras el tratado de Utrech en 1713. Sin embargo, desde entonces ha sido fruto de tensiones entre españoles y británicos, y sobre todo durante el siglo XVIII sufrió varios ataques con el objetivo de ser recuperada, con lo que estas baterías defensivas fueron muy importantes durante todos estos años. En cada una de ellas veremos un cartel explicativo en el que se indican las batallas que allí se libraron.
Al margen de esto, y aparte de los muchos monos que nos acompañan durante todo el camino, hacia el norte lo más destacado que se puede ver es la Torre del Homenaje, que es de lo poco que queda de las antiguas murallas árabes (siglo XIV) y un sistema de túneles construidos durante la IIWW que nosotros no llegamos a visitar.
Hacia el sur se puede ver la muralla de Carlos V que sube paralela al recorrido del teleférico, el Skywalk (un mirador de cristal construido alrededor de la ladera del Peñón que fue inaugurado este mismo año por Mark Hamill), la cueva de San Miguel, un espectacular puente colgante o las Columnas de Hércules, una escultura construida en referencia a la leyenda que consideraba el Peñón de Gibraltar y las montañas de Ceuta y Marruecos que se encuentran justo enfrente como dos columnas que marcaban el fin del mundo conocido en la época de los griegos. Estas columnas hoy en día forman parte entre otros del escudo de España y del de Andalucía.
Nosotros lo que hicimos fue ir zigzagueando por el Peñón visitando los diferentes puntos de interés, disfrutando de los paisajes y bajando poco a poco hasta llegar de nuevo a la ciudad a la altura de la Iglesia del Sagrado Corazón, una de las más bonitas de Gibraltar.
Tras esto decidimos buscar un autobús que nos lleve de vuelta a la frontera para volver a España a coger el coche. Tenemos que decir que la visita al Peñón nos ha sorprendido muy gratamente, ya que tiene mil historias que contar y un montón de cosas interesantes por hacer. Nos hubiera gustado haber tenido más tiempo para poder hacer más recorridos y visitar los muchos rincones que nos dejamos pendientes y que nos hubiera gustado conocer, pero bueno otra vez será!
Para finalizar la visita, y si tenéis algo de tiempo, es muy recomendable visitar el Mirador del Estrecho, un fantástico mirador que se encuentra en la N340 entre Algeciras y Vejer, a una media hora de Gibraltar. Se encuentra a unos 400 metros sobre el nivel del mar y es considerado uno de los más impresionantes de toda España, ya que se tienen unas espectaculares vistas de todo el estrecho, Ceuta, Marruecos o el propio Peñón.
